El intendente de Bahía Blanca vive en orsay

Editorial 134  –

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Gustavo Posse y Darío Giustozzi son dos de los primeros jefes comunales de la provincia de Buenos Aires que se acercaron a Sergio Massa, cuando el ex jefe de Gabinete de CFK (¿se acuerdan, de eso, no? No fue hace mucho) decidió alejarse del kirchnerismo. Uno en San Isidro y el otro en Almirante Brown, en este caso a través del intendente que lo sucedió en el cargo, adhirieron hace rato ya a la Policía de Prevención Local que impulsa, como uno de sus principales caballitos de batalla, Daniel Scioli. Mientras tanto, aquí, en Bahía Blanca, uno de los “últimos” en sumarse al massismo (aunque en realidad ya estaba pasado desde mucho antes del circo armado para el famoso “pase”), el intendente no electo, sigue quedando en orsay (término admitido recientemente por la Real Academia Española) con su pretendida actitud de dureza hacia la herramienta con la que el gobernador, pretende hacer frente a la delincuencia en el interior de la provincia. En realidad, como aquellos delanteros despistados que, una y otra vez, caen en posición adelantada, Gustavo Bevilacqua hace tiempo que está fuera de juego para la sociedad.

Por caso, desde que se prestó a la pantomima de Larraburu y Breitenstein para ser el caballo de Troya de la elección de 2011, en la que el intendente reelecto, de acuerdo a lo planeado, abandonó el barco de su segunda gestión antes de zarpar y el grumete que lo sucedía en la lista apareció, de un día para el otro, tomando el timón. ¿Habrá sido aquello un premio a su gestión de interventor en Obras Públicas del municipio, cuando descabezó a la dirección por irregularidades con los permisos de obra, pero no avanzó hacia arriba, concretamente, hacia el secretario del área que no podía desconocer lo que sucedía muy cerca de su oficina? La actitud de Bevilacqua con el caso Daiana Herlein, es un remedo exacto de aquella situación. Esta vez, tras la muerte de la adolescente por la caída de un árbol en el parque de Mayo, dejó irse a dos protagonistas menores de la historia (Caramelli y Lenzi), pero mantiene contra viento y marea al funcionario del que dependía la dirección de Parques Municipales y el que debía haber escuchado la voz de alerta de los expertos en arbolado y actuado preventivamente en consecuencia. Sí, aquel mismo que protegió durante su intervención en Obras Públicas. La lealtad, así como la ubicación, se cotizan muy alto, en esos escabrosos terrenos…
En otro aspecto público, Bevilacqua continúa en orsay. Todavía no explicó el extraordinario salto que pegó su patrimonio, apenas un año después de asumir como intendente no electo.
Y continúa en posición adelantada, también con el meneado tema de la Policía Local, Esta semana declaró que, a pesar de que no está a favor del proyecto, va a adherir igual, pese a que los concejales del Frente Renovador (sería muy pretencioso hablar de “sus” concejales) votaran en contra a la forma de adhesión que le propuso desde el Concejo, la extraña alianza entre Integración Ciudadana, FPV, FPV 27 de Octubre, FULyT y UCR. “Fracasó en toda la provincia” disparó Bevilacqua, horas después de que uno de los principales argumentos de los concejales del massismo sea, justamente, que el proyecto recién entrará a regir a comienzos de 2016… ¿¡Cómo va a fracasar algo que todavía ni arrancó?! Bandera levantada, para el cerrense repatriado de Bariloche…
Que la cuestión de la policía local es la favorita elegida por el larraburismo (el oficial y el paraoficial) para mantener entretenida a la gilada, como que la pelea y la división van en serio, hay sobradas muestras. Ya son varios los supuestos rounds televisivos en los que los sciolistas “se pelean” con los “massistas” por la adhesión o no a ese instrumento. “Vos pegáme con esto, que yo te contesto con aquello y así seguimos” se escuchó de boca de un concejal del breiteinsteinismo hacia otro del Frente Renovador, minutos antes de salir al aire en los pasillos de un canal de televisión. Y lo dijo sin ponerse Colorado, como el río. Tampoco se puso Colorado (o rojo carne, en este caso), el concejal hiperlarraburista Rafael Morini, en otra “acalorada tenida mediática” acerca de la Policía Local. Suelto de cuerpo, se la pasó hablando de los “kirchneristas” en referencia a los ediles del sciolismo, cuando hasta no hace mucho tiempo él mismo defendía la causa K como uno de los más enjundiosos y su cuenta de Twitter desbordaba de alusiones elogiosas hacia el gobierno de los Kirchner. Esa misma cuenta de Twitter que gracias a su activa participación (y quizá a alguna otra ayudita interna), le permite tener casi una columna fija en la edición dominical del diario local. Otro que, como el principal discípulo de su jefe político, vive en orsay hacia fuera, pero siempre aparece bien ubicado dentro del universo larraburista, donde todos los planetas, aun aquellos que parezcan pertenecer a otro sistema sciolar, siguen alineados en el mismo eje.

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