¿Bahía Blanca, protege las obras de arte?

 

Miguel Tohmé informe especial para POSTA POSTA. Muchos años atrás, un periodista de la revista Siete Días publicó un artículo en el que hacía referencia a la impresión que le causó nuestra ciudad. Su ácido comentario fue que la ciudad de Bahía Blanca era “Una chacra asfaltada”. Sin embargo creo que se equivocó, fue una apreciación rápida, sin analizar todo lo que es representativo de nuestra ciudad. Se olvidó que Bahía Blanca tuvo escritores como Mallea, Payró, Domingo Pronsato, Martínez Estrada y que la ciudad exhibía como muestra de su grandeza los grandes edificios del casco fundacional, erigidos hace mas de 120 años en medio del desierto, obras de una arquitectura sobresaliente para la época en que se construyeron. Se olvidó que la ciudad cuenta con una biblioteca que es única en América Latina, y que representa un patrimonio cultural inestimable, en sus archivos esta la historia más completa de la ciudad y cuenta con una estructura y mobiliario perfectamente conservado, que es envidia de los extranjeros que la han visitado. El origen de Bahía Blanca fue el desierto, la pampa cruenta y salvaje, alguien la llamo “La Tierra del Diablo”, la que fue civilizada poco a poco por la inmensa y perseverante obra evangelizadora que realizaron los Salesianos en toda la Patagonia. La aldea se fue transformando convirtiéndose en ciudad, con profesionales, escritores, periodistas, algunos de ellos venían con un gran acervo cultural de la lejana Europa. La ciudad contaba en su haber, la Escuela Normal, La Escuela de Comercio y la Escuela de agricultura y Ganadería, todas ellas prepararon el camino de las nuevas generaciones para hacerse cargo en el futuro de la Ciudad. También tenía como sobresaliente un Colegio Nacional que graduó a un alumno llamado Cesar Milstein, el que fue acreedor del premio Nobel de Medicina. Se olvido de comentar que la ciudad cuenta con un Teatro Municipal que en la actualidad es envidia de todas las ciudades de nuestra provincia y el gran merito es que fue construido con dineros de sus propios habitantes, sin recurrir a las arcas del estado, en donde actúan desde hace muchos años un excelente ballet y una orquesta sinfónica. La base educativa contaba con innumerables escuelas primarias en donde los hijos de la ciudad recibían una enseñanza de excelencia. También Bahía Blanca era el centro jurídico de la Provincia de Bs. Aires, con juristas como el Dr. Adolfo Pliner y muchos otros. También, nuestro “amigo” periodista, pasó por alto que la ciudad contaba con una universidad que era un faro profesional y de cultural que iluminaba toda la Patagonia. Los padres fundadores y los que los sucedieron fueron simples ciudadanos, como López Francés, Berge Vila, Gonzales Prieto, Braun Menéndez, Vicente Fatone, Antonio Monteiro, Walter Dawb y otros, muchos de ellos hoy día olvidados por la institución. El fruto de nuestra universidad durante años fue diseminado por toda la Patagonia. Así llegamos a nuestro tiempo, es triste decirlo, aquel periodista escribió una nota que no correspondía a su tiempo, la misma fue un anticipo, como una premonición para nuestra época. Hoy día parte de nuestra ciudad se transformo en una “Chacra Asfaltada”, actualmente llena de pozos. Los que trabajamos y forjamos en nuestro tiempo parte del progreso de nuestra ciudad vemos como la desidia, los malos hábitos y la indiferencia se ha apoderado de aquellos que conducen los destinos de la ciudad. Mi comentario involucra también al acto vandálico perpetrado recientemente en una de las esculturas de Lola Mora, instalada en la fuente de nuestra universidad, Alem 1253. 1 “Lola Mora, I´Argentina di Roma” Este es el título de un libro editado el año pasado en Roma perteneciente a la escritora NERIA DE GIOVANNI que actualmente dirige el periódico de cultura SALPARE y la “Casa Editrice Nemapress”. El libro trata de la vida de la gran artista Tucumana Lola Mora, relata su vida dedicada a la escultura, siendo en su época una de las escultoras de más prestigio en Europa. Sus obras engalanan ciudades y residencias que pertenecieron a la vieja aristocracia Europea. Mi amigo, el Bahiense Bruno Pasarelli, desde hace años reside en Roma, cumple funciones como director en la Agencia de Noticias Italiana ANSA. Bruno me comento del lanzamiento de un libro sobre la vida y obra de Lola Mora. Le solicité que me envié un ejemplar, el que tengo en mis manos. Mi interés por la obra de Lola Mora se debe que estoy realizando un documental en el que presento la mayor parte de su obra. Bruno Pasarelli trabajó muchos años como redactor y editorialista del diario local. También cumplió funciones en la Universidad Nacional del Sur, durante el rectorado del Dr. Echepareborda. En la década del setenta partió hacia el viejo mundo en busca de nuevos horizontes. Se instaló en Roma y mientras cumplía funciones en la Agencia de Noticias “ANSA”, durante muchos años fue corresponsal en Roma de varios medios periodísticos de la Argentina, entre ellos la Revista “Gente”, el diario La Nación. Como un dato a destacar en su profesión, fue el viaje de Juan Pablo II a la Argentina, Bruno Pasarelli fue del selecto grupo de periodistas que acompañó en su viaje a la Argentina a su santidad. Actualmente mantenemos el contacto por intermedio de internet, también junto al libro me ha enviado anécdotas y fotos de Lola Mora en Europa. En nuestro país las obras de esta genial escultora se hallan embelleciendo gran número de ciudades, muchas de ellas en Bs. Aires “La Fuente de las Nereidas”, el monumento a “Juan Bautista Alberdi”, las esculturas representando “La Justicia”, “La Libertad”, “La Paz”, “El Comercio”. Para el Congreso de la Nación realizó numerosas esculturas referidas a próceres, “Nicolás Avellaneda”, “Carlos M. de Alvear”, “Facundo Zuvir” y “Mariano Fragueiro”. Varias esculturas con motivos alegóricos a la gesta de nuestra independencia están la ciudad de Rosario engalanando el monumento a la Bandera. En San Juan el monumento a Francisco Narciso Laprida, relieves en la Casa de Tucumán y muchas más. En nuestra ciudad tuvimos la presencia de Lola Mora, fue cuando se concurso el proyecto para realizar el monumento a Bernardino Rivadavia, que iba a ser colocado en la plaza central de nuestra ciudad. En esa ocasión Lola Mora presentó un proyecto con un seudónimo, pidiendo a la prensa local que no diera trascender su estadía en la ciudad. Miguel López Francés compra y dona el grupo escultórico a la U.N.S. El Dr. Miguel López Francés, figura de gran importancia durante la gestión del Gobernador Domingo Mercante se desempeño como Ministro de Economía de la Provincia de Bs. Aires. Fue quien concretó para Bahía Blanca la construcción del Instituto Tecnológico del Sur, posteriormente fue la base de la Universidad Nacional del Sur. Corría el año 1954 en un remate público de obras de arte perteneciente a la mansión de los Anchorena, el Dr. Miguel López Francés compra con su dinero dos pimpollos realizados por Lola Mora y una fuente de autor anónimo, todos ellos finamente esculpidos en mármol de Carrara. Seguidamente dona el conjunto para que sean colocados en el patio interior de Av. Alem 1253, no llegó a concretar su sueño de verlos colocados. En el año 1955 las esculturas se depositaron en un galpón del Parque Independencia y fueron olvidados durante muchos años, siendo casualmente descubierta y restaurada por Omar Peneñuri. Luego de casi tres décadas, en el año 1978, como homenaje a la fundación del sesquicentenario de nuestra ciudad, el Rector de la UNS Ing. Cesar Lucero dispuso su montaje en el frente del edificio central del complejo de Av. Alem 1253. 2 Los Atentados a la fuente de la UNS y a las Esculturas de Lola Mora en Bahía Blanca. Desde ese entonces la ciudadanía podía contar y contemplar una obra de arte de valor incalculable. Sin embargo el grupo escultórico tuvo desde esa fecha tres atentados, el primero fue protagonizado por un grupo de inadaptados que desprendieron el plato superior de la fuente, el que quedo suspendido solamente por el caño de plomo que llevaba por el centro de la escultura el agua al plato superior.

Si se hubiera desprendido, el daño era incalculable, en su caída también hubiera arrastrado y destrozado el plato inferior. La reparación estuvo a cargo del escultor Bahiense Rafael Martin.

El segundo atentado fue realizado el 1 de Enero de 2002, a altas horas de la noche depositaron una caja con 50 bengalas activadas y sumergidas en el interior la fuente. El estallido desprendió por la presión del agua un costado de la fuente desplazándolo a tres metros, su peso es de alrededor de 200 kilos.

Recientemente , una de las esculturas de Lola Mora sufrió un grave atentado, manos anónimas destrozaron uno de los brazos de las sílfides que están sosteniendo el pimpollo. Me asombra que la comunidad de Bahía Blanca no saliera a defender una de las obras de arte más preciadas de nuestra ciudad, solamente hubo una leve repercusión periodística. En varios días del mes de Noviembre el grupo escultórico permaneció a oscuras, puede ser que aprovechando esa anomalía realizaron este acto vandálico. El que debe dar una explicación a la ciudad es el responsable de cuidar los bienes de nuestra universidad, me refiero al rector G. Capriste y al Secretario de Extensión Cultural de la UNS. Hace unos meses la Cámara Federal de Bahía Blanca ante los reiterados robos le sugirió al Sr. Rector que extremara las medidas de seguridad instalando cámaras y vigilancia para resguardar los bienes de la universidad. Sr. Rector, ¿Dónde están las Cámaras de seguridad que recomendó instalar la Cámara Federal para identificar a los vándalos?, claro, usted no quiere instalar cámaras en la Universidad porque su declaración publicada en el Diario La Nueva Provincia es lamentable y lo dicen todo, “Defendemos una universidad abierta, antes que una fortificada”, usted tiene el deber de proteger los bienes que son del estado y están bajo su responsabilidad. Es inadmisible que con la tecnología disponible al alcance de todos, usted todavía piense que instalar cámaras es fortificar la universidad. Las cámaras y la luz ahuyentan a todos aquellos que anónimamente quieren cometer ilícitos. El problema real es que en nuestra universidad, muchos piensan que colocar sistemas visuales para mejorar la seguridad, es violar su intimidad. La Universidad es pública, aquel que rechaza estos sistemas es porque algo tiene que esconder. No comprenden que en esta época la intimidad fuera de nuestra casa es relativa, hay cámaras en la vía pública, aeropuertos, comercios, bancos, hoteles, estaciones de servicio, industrias, rutas, cabinas de peaje, cajeros automáticos, las que registran en forma continua millones de imágenes, sin que nos demos cuenta.

Miguel Tohmé Ex Director de Medios Audiovisuales en Rectorado U.N.S. Ex Consejero Superior Universitario U.N.S.

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