La misión de la marina mercante es la flota de barcos usados para el comercio a través de ríos y mares, llevando o trayendo productos tanto dentro de un país o con el exterior. La imagen más representativa de esta tarea son los gigantescos portacontenedores que los países más desarrollados envían a sus clientes dispersos por el mundo. Las naves mercantes desarrollan una tarea puramente civil y por eso no están equipadas de armamento militar, no les corresponde.
Sin embargo, cuando las necesidades urgen, los países suelen recurrir a su uso para tareas auxiliares de la marina militar. Y en el caso argentino sucedió esto.
Unas 50 naves mercantes, tanto del Estado como privadas, fueron movilizadas en tareas de apoyo al esfuerzo bélico, que en ocasiones adquirió ribetes dramáticos y su tripulación demostró un coraje tan insospechado como desconocido.
Estas naves acercaban al campo de batalla equipos de combate y municiones, sanidad, alimentación, combustible etc., pero también hicieron tareas de minado de aguas y de inteligencia electrónica y para esto algunos se camuflaron como inocentes pesqueros. Estas tareas eran misiones casi suicidas porque estas embarcaciones tienen una velocidad de desplazamiento que las deja muy expuestas.
Si bien cada nave tuvo su propia historia en esta guerra, algunas merecen ser recordadas.
El “Rio de la Plata” llegó hasta la propia isla Ascensión, donde estaba concentrándose y organizándose la flota británica. Su tarea era obtener toda la información que pudiera. Fue alejada de la zona por helicópteros artillados.
El “Tierra del Fuego” ubicó y acompañó a la distancia a la flota británica en pleno desplazamiento hacia Malvinas. Otros pesqueros camuflados siguieron acompañando a la flota y algunos de ellos fueron hundidos.
El “Usurbil”, que simulaba ser solo pesquero, llevaba equipamiento de inteligencia electrónica y es el que puede verse totalmente oxidado en uno de los canales de la ría bahiense.
El “Bahía Buen Suceso” fue actor en las islas Georgias al trasladar a los hombres y equipos para desarmar una estación ballenera inglesa abandonada. Estos hombres izaron la bandera argentina y allí comenzó el conflicto.
También el “Formosa” tuvo momentos muy dramáticos pero, el que peor las pasó fue el “Rio Carcarañá”, sus tripulantes fueron verdaderos héroes que merecen reconocimiento.
En el marco de la conmemoración de los 40 años de la Guerra de Malvinas, el próximo miércoles 11 de mayo a las 19 horas en el Salón de Usos Múltiples del Bahía Blanca Shopping, el Capitán de Ultramar Sergio Dorrego, tripulante del carguero “Río Carcarañá” hundido en combate, disertará sobre el tema “La Marina Mercante en la guerra del Atlántico Sur: los héroes sin armas”.
Nota: Profesor Humberto Guglielmin
guglielmin.humberto@live.com
Fotos: Gentileleza Gaceta Marinera