OPERACIÓN PLATITA

Es una tragedia para argentina que esté gobernada por “gente que no sabe que no sabe”

En estos días, viendo sus escasas posibilidades electorales, varios dirigentes importantes del Randazzismo buscaron abrigo en el Kirchnerismo. Hasta hace días, habían vociferado durísimas críticas a la corrupción e incapacidad de gestión del gobierno, y ahora vuelven al lugar del que salieron, con la secreta esperanza de que les den algún puestito si les va bien en las elecciones.

En su momento el gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner, micrófono en mano y delante de Cristina y muchos de los actuales altos funcionarios de gobierno, le agradeció al presidente Menem los 530.000.000 de dólares por regalías petroleras mal liquidadas (¿dónde fueron a parar esos dólares?) y lo halagó diciéndole que era el mejor presidente de la historia argentina!!!… sin embargo, sus seguidores, días atrás, borraron su imagen en un documental preparado para exaltar la figura de Néstor K. También Menem, fue exaltado hasta el disparate y luego hundido en el fango por la misma gente, en un lapso de poco tiempo. ¿Cómo fue la historia?

En el año 2005, el Dr. Eduardo Lorenzo “Borocotó”, no tuvo inconveniente moral alguno en saltar desde el Macrismo al Kirchnerismo, burlando así a quienes lo habían votado creyendo que sería fiel a las promesas que había hecho en la campaña. Para colmo, agravó su traición al afirmar que se sumaba a “todas las ideas de este gobierno”. Una charla a solas con Néstor Kirchner en la Casa Rosada, de cuyo contenido nadie habló, fue suficiente para que cambiara de ideología política.

Este cambiazo lo hizo solo 12 días después de su elección y un mes antes de asumir…Como todo político trató de justificar su conducta diciendo palabras de mármol: “no fue una deserción sino una decisión”. Fue una traición miserable, que expuso su verdadero nivel moral ante todo el país.
Por supuesto que lo de Borocotó no es excepcional. En los tiempos de las vacas gordas, fueron muchos los que usaron la garrocha para saltar al Kirchnerismo desde el partido de Carrió, desde la U.CeDe, desde el Radicalismo, desde el Socialismo o desde el Peronismo tradicional. En el actual período de vacas flacas, el sentido de la migración se ha invertido y se acrecienta.

Los Kirchner tampoco se salvan. De despreciar y negar reiteradamente entrevistas al Arzobispo de Bs.As. Jorge Bergoglio, desde que es el Papa Francisco no hacen más que suplicarle audiencias y unas fotos para la campaña electoral.

El presidente Alberto Fernández es un caso patético; nadie como él, en el pasado reciente, dijo sobre Cristina Kirchner cosas tan duras y con más conocimiento de los hechos; sin embargo nadie como él, cada día le jura sumisión eterna y celebra como genial cualquier directiva que le da, por más que sea disparatada. Alberto F. dinamitó su dignidad personal en aras de una efímera figuración.

El Primer Ministro inglés Lord Palmerston (1784-1865) estableció un clarísimo criterio de conducta para sus relaciones con otros estados, criterio que de inmediato fue adoptado por USA y luego otras naciones: “Inglaterra no tiene amigos permanentes…solo tiene intereses permanentes”. Ese criterio en Argentina se aplica solamente a los intereses personales y los que más saben de esto son los políticos, cuyos objetivos se limitan al dinero y el poder. O, tal vez mejor: al poder, porque ahí está el dinero. Lo de los intereses supremos de la patria y otras expresiones grandilocuentes son para impresionar a la gilada crédula e inocente. Si hubieran primado los intereses de la patria no estaríamos como estamos, y tampoco Cristina estaría reclamando los $120.000.000,- retroactivos por doble pensión pues con los $2.500.000,- tendría más que suficiente para pasar el mes…
Norberto Bobbio, filósofo y político italiano recientemente fallecido, nos dice que los políticos deben ser ante todo “honrados, competentes, fríos, de sólidas convicciones y enemigos de la simulación y la retórica”.

No parece que estas características sean comunes entre los políticos argentinos. La gran mayoría de nuestros políticos son abogados, naturalmente sin posgrados en Universidades de Europa, USA o Canadá y, por supuesto, sin manejo del inglés y del francés. Por supuesto, uno puede ser buen gobernante sin estos laureles, pero eso no es lo que comúnmente sucede. Es lo extraordinario; y en Argentina hay muy pocas cosas extraordinarias.

Todo el mundo sabe que en Argentina un título de Abogado no se le niega a nadie. Y mientras algunos al día siguiente de egresar vuelven a todo tipo de libros porque saben que sus conocimientos son incompletos, la mayoría de los otros, cree que ese título es el compendio de toda la sabiduría, que los habilita para todos los cargos y para decidir sobre los temas más complejos. Los unos tratarían de evitar la política porque saben que deberían decidir sobre temas muy difíciles y que afectarían intereses de muchos; los otros la convertirán en su objetivo más deseado porque es la única tarea en la que, aunque se la desempeñe muy mal, no pagarían personalmente las consecuencias del daño causado; las pagarán los ciudadanos. Para ellos habrá jubilación por el cargo desempeñado sin importar que lo hayan hecho mal. Y además, para ser político no existe ninguna exigencia ni examen; no se necesita un currículum vitae meritorio como se exige para cualquier otro trabajo de inferior responsabilidad.

Obviamente existen muy buenas y rigurosas facultades de derecho, aunque sorprende que algunos de sus egresados, que llegaron a puestos muy encumbrados, pongan en duda ese nivel de excelencia. Pero además están las facultades de esas otras Universidades, que no tienen el nivel de exigencias conveniente. Pero como en Argentina todos los títulos, tanto de las universidades rigurosas como los de las que no lo son valen lo mismo, por el principio de igualdad tienen todas las puertas políticas y judiciales abiertas…

Muchas de las cosas que dicen y hacen nuestros abogados gobernantes, provocan asombro en el mundo por lo estrafalarias. ¿Cómo se animan a defender que la inflación no tiene nada que ver con el exceso de gastos del Estado y la emisión descontrolada de dinero? Los alumnos de un buen colegio secundario de nuestro país, no tomarían como buena la idea de que prohibir la exportación de carne es bueno para los argentinos.
Algunos de los que ya treparon a cargos políticos importantes obtuvieron su título en forma tardía, por ej. Sergio Massa, Daniel Scioli y Fernando “el chino” Navarro. Supieron de la afirmación de Virgilio en La Eneida: “Audaces fortuna iuvat”, la suerte acompaña a los atrevidos.

Pero lo peor está por venir. Cristina F. de Kirchner, y por lo tanto La Cámpora y el Peronismo, están preparando a Máximo Kirchner para ser el Presidente de la República. ¿Necesitan este cargo para asegurar que muchos secretos sucios no serán revelados? Máximo, como antecedentes para el cargo podría acreditar solamente una probable finalización de estudios secundarios, dos fracasos en intentos de estudios universitarios y el ser hijo de mamá y papá.

Pero los conocimientos no se tienen de manera infusa ni se heredan. Se adquieren con esfuerzo, con el tiempo y la constancia. Y si aspira a cargos tan importantes como la presidencia del país, debería acreditar una preparación igual o mejor a la de los demás aspirantes, cosas que no se dan en absoluto. No reúne los requisitos habilitantes mínimos, y la mera posibilidad de su candidatura sugiere que los responsables de este proyecto se toman en joda al país y a sus habitantes. Este proyecto político, dado el insondable tesoro acumulado por los K, no deja de ser inquietante. El manejo de la Argentina debe confiarse al mejor de los pilotos, no a cualquier chanta.

Cuando el filósofo griego Diógenes de Sínope fue hecho prisionero, rápidamente fue puesto en venta como esclavo; cuando, para establecer su precio, lo interrogaron sobre lo que sabía hacer, respondió que: “solo sé mandar”. Lo mismo que Máximo.
Y, tiempo después, cuando le preguntaron qué mordedura de animal hacía más daño, sin dudar respondió: “de los salvajes, la del calumniador; de los domésticos, la del adulador”. Le hicieron creer a Máximo, contra toda evidencia, que es un genio. ¡Y se la creyó! Normalmente los más ignorantes son los que menos dudas tienen, porque ignoran la amplitud del saber que no conocen. Una persona más inteligente se permitiría el sabio lujo de la duda.

Es una tragedia para argentina que esté gobernada por “gente que no sabe que no sabe,” o que no es valiente como para tomar las duras decisiones que saben que se deberían tomar, pero que no ayudarían a ganar las elecciones. Presumen de ser un gobierno de científicos pero cometen errores que de ninguna manera cometerían alumnos de secundaria.

La casta política Argentina se distingue por ser increíblemente incompetente y corrupta. La realidad del país es la prueba. Nos hacen avergonzar de ser argentinos y nos están robando también el futuro. Ellos por su parte viven en la seguridad de Puerto Madero, Palermo o de barrios cerrados; lejos de los barrios populares donde campean los resultados de su desgobierno. Del pueblo solo se acuerdan antes de las elecciones.

La gente está harta de la charlatanería de los políticos, de que para ganar votos tengan como único argumento el repartir y repartir (aunque de esa manera se convierta al votante en solo una mercadería que se puede comprar), de su pobreza cultural, de su anclaje en ideologías desactualizadas, de su afición a idolatrar a dioses políticos con pies de barro, y de que se destruya la moneda (esto último tampoco les importa porque eso sucedería después de ganar las elecciones; y si las perdieran, le dejarían una bomba con la mecha encendida a la oposición, y para ellos eso será bueno).

Los políticos están felices de la inalterable tolerancia de los argentinos a la corrupción y al mal gobierno y de que la Justicia no se atreva a hacer justicia. ¿Fue Democracia el caso de San Luis, donde A. Rodríguez Saá dio vuelta una mala elección comprando con dádivas cada voto, y de esta manera transformó en rotunda victoria lo que había sido una humillante derrota? ¿Para la Justicia ahí no hubo nada objetable?

La emisión alocada en la que se basa la Operación Platita es la reedición, ahora a nivel nacional, de la despreciable forma de comprar el voto de los necesitados, que se mostró exitosa en San Luis. La Platita puede hacer prodigios en ambientes donde reinan la Educación mínima y el Hambre. Así, se podrán ganar elecciones pero es una forma de renunciar a la Democracia y de burlarse de la Constitución. Pero Cristina y Alberto saben que con la Constitución no se ganan las elecciones…
En estos casos el ciudadano no manifiesta su voluntad política sino que depositará en la urna un recibo por el dinero recibido. Esta práctica, con pequeñas variantes, se viene aplicando desde hace décadas en casi todas las provincias del Interior y explica la perpetuación en el gobierno de verdaderos Dictadores locales que hacen de la pobreza y la ignorancia su gran negocio electoral. Es la nueva forma del Fraude Patriótico, iniciada ya luego de la caída de Rosas.

En el diario El Nacional del 13-X-1857 Domingo Faustino Sarmiento relata cómo fueron esas cruciales elecciones: “Para ganarlas, nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y terror que, empleados hábilmente, han dado este resultado. Los gauchos que se resistieron a votar por nuestros candidatos fueron puestos en el cepo o enviados a las fronteras con los indios y quemados sus ranchos, perdiendo sus escasos bienes y hasta su mujer…encarcelamos a los complicados en una supuesta conspiración, y bandas de soldados armados recorrían las calles acuchillando y persiguiendo a los opositores. Tal fue el terror que sembramos entre toda esa gente que el día 29 triunfamos sin oposición. Esta es la palanca con que siempre se gobernará a los porteños”…

Hoy no usan las armas sino la coacción que ejerce el dinero sobre el necesitado. En su momento, Sarmiento criticaría duramente a Mitre por practicar el fraude , sin embargo aprovechó la elección de 1857 para poder ocupar la banca de Senador por San Juan, y lo justificaba escribiendo: “era menester que algunos hombres de talento y capacidad entrásemos en las cámaras para ilustrar el juicio de tantos imbéciles que en ellas hemos introducido”. (M.Gálvez, vida de D.F.Sarmiento, pág. 214) Todos, siempre supieron que el fraude era antidemocrático e inmoral pero lo siguieron haciendo hasta el día de hoy.
El Operativo Platita es la forma actualizada y descarada del Nuevo Fraude Patriótico.

Nota: Profesor Humberto Guglielmin – guglielmin.humberto@live.com

Fotos: Elagora Digital – MDZ On Line – Diarioalfil.com.ar

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