NUESTROS DIRIGENTES (2)

Gildo Insfran

Veterinario. Vicegobernador de Formosa entre 1987 y 1995. Gobernador desde 1995 hasta el día de hoy. En su juventud fue integrante del Partido Comunista Revolucionario. Ingresado ya en política, fue Peronista Menemista, para luego pasarse al Kirchnerismo puro y ahora al Albertismo vertiente Cristinista. Es también el presidente del Partido Justicialista Formoseño y gobernador perpetuo gracias a la eliminación de límites de mandatos para ocupar el ejecutivo provincial. Ganó siete elecciones consecutivas para el cargo de gobernador y su nula disposición a retirarse de la política lo convertirá en el Monarca vitalicio del Trópico.

Las elecciones le son invariablemente favorables porque si llegara a saberse que alguien no lo votará y trabaja en alguna dependencia provincial o municipal, será despedido inmediatamente de su empleo, lo que es gravísimo, dado que casi no hay trabajo privado.

También la justicia le teme, porque sabe que no dudará en tomar represalias, incluso las más arbitrarias y nadie se anima a arriesgar su puesto

El 95% del presupuesto provincial proviene de la coparticipación federal!!!… ¿cómo alguien tan inservible para crear riquezas en su provincia, es reelegido tantas veces? Todo ese dinero le llega a Gildo, quien lo distribuye entre los que tienen trabajo en dependencias del Estado provincial y los que reciben alguno de los planes sociales. El manejo discrecional de este dinero se constituye en una formidable herramienta para asegurarse las reelecciones pues las opciones laborales distintas al Estado son muy pocas. El crecimiento de las empresas privadas no es bien visto por el gobernador, porque el voto de quienes trabajaran allí no podría ser controlado con facilidad.

Es increíble que este multimillonario gobernador, con propiedades en CABA, varias provincias del N.E. y en el extranjero sea al mismo tiempo el líder de la provincia con más pobres y donde menos posibilidades existen de conseguir un trabajo decente.

Terrorismo Sanitario
En Formosa existen unos 100 centros de aislamiento donde están encerradas unas 3.000 personas: 600 por Covid; 1300 por ser “contacto estrecho” y otros 1.000 por ser “casos sospechosos”. Según el abogado formoseño Montoya, los grupos policiales “entran de madrugada en las casas sin orden judicial y los llevan allí, de modo compulsivo, sin el consentimiento de gente”.

Esos centros están militarizados y vigilados por la brava policía provincial, muy motivada para demostrar lealtad absoluta al Jefe. En los hechos, esos centros no se diferencian de una cárcel. Apelar a la Justicia en Formosa es un acto de ingenuidad. José Mayans, Senador por la Provincia de Formosa hizo pública la doctrina del Régimen: “el derecho vos lo tenés, pero no en pandemia”.

Muchas personas fueron confinadas en esos centros de aislamiento, a pesar de tener reiterados hisopados negativos y, muchas veces, por un período de tiempo que podría constituir una detención ilegal y arbitraria. Esto Insfrán lo justifica afirmando que es para la defensa de la salud y la vida de los formoseños, pero la realidad es que si esos nobles objetivos fueran ciertos, debería haber comenzado por dar agua potable a todo el interior provincial, extender la red cloacal, asfaltar rutas, levantar escuelas y hospitales etc. En algunos de esos centros, además de hacinamiento y condiciones de insalubridad, en ocasiones, no se separaba adecuadamente a quienes eran Covid positivos respecto de quienes no lo eran.

Las tan ostentosas como inútiles instituciones dedicadas, supuestamente, a la defensa de los derechos humanos guardan un silencio cómplice sobre las violaciones cuando rozan o comprometen a funcionarios afines al gobierno. Prefieren discutir sobre la importancia del lenguaje inclusivo o la situación de los derechos humanos en otros países y dejar en paz a Gildo.

En Formosa la cuarentena fue mucho más rigurosa, salvaje y estúpida que en el resto del país; solo sirvió para profundizar el ya extendido analfabetismo, quebrar comercios e industrias y atemorizar a los ciudadanos con el accionar de la policía del Régimen. Pero fue utilísima para imponer a Gildo Insfrán como el Hombre Fuerte de la Provincia, el insustituible.

La Human Rights Watch y la Universidad John Hopkins acusaron a Gildo Insfrán de haber tomado medidas “abusivas e insalubres” para prevenir la propagación del Covid 19. Entre los testigos de estos abusos hay médicos, abogados, concejales, periodistas, docentes y, especialmente, gente común. Muchos de estos testigos temen represalias como la pérdida del trabajo o el hostigamiento policial. Mientras tanto Gildo, como todo dictador, disfruta del perverso placer de ver a toda la provincia sometida y rendida a sus pies.

El temor a perder el trabajo es algo particularmente sensible, pues en Formosa casi todos los que tienen trabajo, lo tienen en el Estado provincial o municipal y si lo pierden están en graves dificultades pues las alternativas son casi inexistentes; deberán optar por la desocupación o la migración a otra provincia. Esta es la verdadera razón que explica las reelecciones de Gildo. Otra cosa sería si la Justicia y el Parlamento Provincial lo obligaran a no incurrir en prácticas antidemocráticas. En Formosa hay mucha gente mucho más inteligente y, especialmente, más honesta que Gildo. Él no es indispensable.

Buenos negocios
En Formosa, los grandes propietarios de buenas tierras así como de cualquier actividad rentable son casi todos del Partido Justicialista y llegaron a esas propiedades gracias al dinero obtenido por influencias políticas, no gracias al sudor de su frente.
El dinero que el poder central asigna a la provincia siempre permite hacer negocios con los amigos propios o con los preferidos por el gobierno central y Gildo no desaprovecha la oportunidad.

Lázaro Báez en Formosa ganó la licitación de la Ruta 86 con un costo de 500 millones de pesos. No hizo ni la mitad y abandonó la obra. Lo mismo que hizo con otras licitaciones ganadas.
Cristóbal López también se quedó con una ruta, por 378 millones y tampoco la terminó.

La Familia Relats, que administró el hotel boutique de C.F.K. en Calafate recibió de Gildo contratos por 2.800 millones de pesos.
Gildo también hizo negocios con Boudou, José N. Carmona y Vanderbroele. Simularon un asesoramiento rentado para reestructurar la deuda pública de la provincia de Formosa pero, según el Fiscal Jorge Di Lello, su único objetivo fue el “cobro espurio de dinero perteneciente a fondos públicos de la Provincia de Formosa”, que terminó desembolsando a estos tres bribones la suma de 7.700.000 pesos por servicios incomprobables.

A pedido de Gildo Insfrán, el expediente de este caso será investigado por la Justicia Federal de Formosa, que con seguridad terminará dictaminando la inexistencia de delito y la desaparición de 7.700.000 pesos de once años atrás.

¡Qué olvidados quedaron los ideales de justicia que animaron la Juventud de Gildo!

Nota: Profesor Humberto Guglielmin – guglielmin.humberto@live.com

Fotos: Chequeados – Diario Norte Formosa – Prensa libre Formosa – Misionesonline.net – Diario La República Corrientes.

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