MONCLOA

Es vergonzoso y humillante para los argentinos que C.F.K. que, junto con su esposo, dirigió la más tenebrosa organización de saqueo del tesoro público de toda la historia, tenga más del 30 % de intención de voto, y alarma además que la dirigencia del peronismo, supuestamente decente y más ilustrada que el simple votante, nunca haya salido a condenar de manera corporativa las gravísimas inmoralidades ya evidenciadas sobre el gobierno K., y las que a diario son descubiertas por la Justicia.

Los bolsos de Cristina, los millones de dólares que sin trabajar ahorró Florencia K.; Báez, Boudou, etc. nunca figuraron en las intervenciones públicas de estos dirigentes. Pero en lo que robaron estaba mi jubilación, mi salud y la falta de trabajo de mis hijos. Al robar ¿no reparaban en que era dinero del pueblo que tanto dicen amar?

La falta de condena a C.F.K. ¿se debe a que piensan que en una hipotética victoria electoral suya estarían en condiciones de ser tenidos en cuenta para algún puestito?
Si así fuera, se confirmaría una vez más que el principal problema del país es su clase dirigente, mayoritariamente sin firmes principios morales.

¿Qué se puede acordar con quienes no tienen la honestidad de reconocer lo bueno y condenar lo manifiestamente malo, del partido que fuere?

Los políticos que durante el gobierno anterior no supieron de prácticas objetables o sabiéndolo callaron, no tienen aptitud moral como para presentarse como la alternativa salvadora. El cambalache debe finalizar, no todo es igual.

Nota: Humberto Guglielmin

Foto: TKM

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