Los profesionales del Hospital Penna de Bahía Blanca, representados por el doctor Pablo Acrogliano, hicieron uso de la Banca 25 para exponer la problemática que atraviesa la salud pública, no sólo en esta ciudad, sino también en la región.
«Venimos porque la salud es una decisión política y porque es responsabilidad de quienes ejercen el Poder, garantizarla», comenzó Acrogliano frente a una nutrida concurrencia de público externo y del cuerpo de concejales de Bahía Blanca.
En otro punto, definió a la salud como «un capital social», aunque la misma «tiene baja prioridad en la agenda de gobierno, porque no suma a la inmediatez eleccionaria de la puja partidaria» o, siendo más duro, «porque un pueblo sano 
y que piensa puede ser peligroso».
Frente a miradas sorprendidas, preguntó si la situación actual se debe a que «la dirigencia política usa muy poco lo público y por eso no se ocupa lo suficiente». Ante esto, agregó que «el resultado es un sistema de salud fragmentado, desfinanciado, desjerarquizado, donde el Estado es un perverso y mal financiador».
«Hoy el Penna está mal, producto de años de abandono, políticas de naturalización del malestar y una atención del paciente atada con alambre. Navegamos a la deriva» describió Acrogliano, presidente de la Asociación de Profesionales de ese nosocomio.
«¿Será que quienes trabajamos en él, habrem
os perdido la facultad entre bondad y estupidez?. En las actuales circunstancias, el personal de salud no tendría que trabajar. De continuar el problema el sistema colapsará» agregó.
Más adelante, duramente, dijo: «No se escucha ni se considera el saber de quien trabaja».
«Sabemos que la solución es política y económica, es por eso que urge que se dimensione verdaderamente el problema para que la salud tenga un lugar prioritario en la agenda de gobierno local y provincial. Necesitamos no solo palabras de compromiso o políticamente correctas sino la acción concreta de quienes tienen el poder de decisión», sostuvo.