«A pesar de haber sido desplazada, ninguneada e ignorada, nunca bajé los brazos»

 

sandra«Conservo la mirada idílica del periodismo que tenía a los 20 años. Esos principios están intactos y no son negociables».

Es periodista de investigación. ¿Cuáles son los talentos que ha desarrollado? No lo definiría como un talento. Creo que el talento es algo que viene con uno; como la curiosidad o la persistencia. Y gracias a Dios soy muy curiosa y persistente, lo cual en periodismo es una bendición. Lo que se desarrollan son las habilidades. Y en ese sentido, creo que mis mejores habilidades tienen que ver con recuperar documentos, datos, información. Generalmente son repositorios que se encuentran en estado público, pero no visibles. (…) Por otro lado, vengo de la prensa escrita, entonces, aunque trabajo en TV y escribo para plataformas digitales, uno no se puede desprender de la actitud rigurosa que te deja la prensa gráfica. Soy exigente con los contenidos porque vengo de un tiempo en el que lo que se escribía no se lo llevaba el aire. Hoy también es así. Lo que se sube a la web se puede borrar, pero siempre quedará una marca de lo que una vez se publicó.

¿Cómo se convenció de que las matemáticas podían ser aplicadas en el reporteo? Un día recuerdo que estábamos en Antigua, Guatemala, en los 90, charlando con el profesor Charles Green, de la Universidad Internacional de La Florida, y le comenté lo mucho que me asombraba la falta de rigurosidad en los medios en cuanto al manejo de números dentro de la crónica. Me recomendó que leyera el libro de Philip Meyer, «Periodismo de Precisión». Bueno, ese libro me abrió la cabeza. A partir de ahí me di cuenta de que mucho de lo que había aprendido en mis años en la universidad podía aplicarlo al periodismo. Ahí surgió mi primer curso de matemática para periodistas, que me llevó dos años desarrollar. Este conocimiento le evita al periodista ser engañado. Le da un poder fabuloso: el de comprender qué historia se esconde detrás de los números. El periodista tiene que amigarse con la matemática. Ese divorcio histórico entre las letras y los números lo hace perder primicias.

¿Qué tan importante es el orden para trabajar?
Sin orden no hay investigación posible. A veces uno tiene suerte, encuentra algo de casualidad. Pero metodológicamente hablando, sin orden lo único que puede haber es caos y este no es buen amigo de la noticia. Soy una persona ordenada. La «Mónica Geller» de Friends. Adoro la clasificación.

Dedicarse al periodismo de investigación siendo mujer, ¿le ha abierto puertas? Se me abrieron muchas puertas afuera de mi país. Dentro, ha sido distinto. No se entiende cómo pude liderar equipos de 40 o 50 personas en varios proyectos, mientras que donde vivo jamás fui ascendida de posición. He tenido jefes mezquinos y uno solo al que admiré, que duró poco, lamentablemente. Pero a pesar de que a veces se sufre como un perro en esta profesión (como dijo García Márquez), a pesar de haber sido desplazada, ninguneada e ignorada, nunca bajé los brazos porque jamás creí una sola palabra de aquellos que intentaron pisar mi cabeza. Conservo la mirada idílica del periodismo que tenía a los 20 años. Esos principios están intactos y no son negociables ni están en venta.

Es docente del Centro de Formación en Periodismo Digital de la Universidad de Guadalajara y del Centro Knight de la Universidad de Texas. ¿Está en lo digital el
camino para reportear? Internet y el smartphone nos cambiaron la vida. Definitivamente habrá un momento en el que primero todo será digital y después se ajustarán los contenidos a otros soportes, en otros formatos, y no al revés, como se hace ahora. No falta mucho para ese tiempo.

Por Gabriela García  – El Mercurio – Chile

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