Bahía BlancaNieves y los 7 enanitos. Hay de todos los colores (y todavía faltan…)

Editorial 138.-

Tapa At 138

Había una vez una ciudad muy linda y muy buena que se llamaba Bahía BlancaNieves. Todos la querían cortejar, pero hacerlo no era fácil. A uno que lo logró, lo echaron por prestar su caballo al Señor de otro feudo muy lejano. El que lo sucedió debió volver de tierras muuuuuy lejanas y después de tanto esfuerzo (y mucho gasto sin explicar) un día se fue sin avisar. Dejó a otro Señor, con cara de juglar, al que pocos conocían y que venía de un pueblo cercano. Dentro de cinco meses comenzarán a elegir a su sucesor. Y entre los postulantes, está el malvado padrastro que la bella Bahía nunca eligió y todo este tiempo la estuvo maltratando…

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Los primeros que se lanzaron a la carrera parecen sacados del túnel del tiempo, porque ya se enfrentaron en 1987 por la intendencia. Aquella vez se impuso Juan Carlos Cabirón, pero el entonces dirigente renovador del peronismo (¿cuántas veces se va a renovar el peronismo?), también ganó. Por su doble candidatura a intendente y diputado nacional, Dámaso Larraburuse sacó el Prode, logró ingresar a la Cámara Baja e iniciar así un período casi ininterrumpido de conchabos políticos a los que accedió, a veces (pocas) con el voto, otras (en buena medida) con la ayuda de los amigos y otras (la mayoría) por devolución de favores. Después de cruzar, victorioso, la plaza Rivadavia aquel 2003 de la mano de Rodolfo Lopes, no dudó en hacerle una zancadilla y digitar a quienes lo sucedieron en el gobierno municipal, para manejarlos tras bambalinas.  Ahora, como ya dijimos en el número anterior y como se vislumbraba desde que se hizo elegir en la Liga del Sur –emulando a Macri- sin antecedentes como dirigente futbolero, el fútbol “garpa” prestigio y fama, y ese organismo esparte del trampolín para llegar a Alsina 65. Ausente en su acto de lanzamiento, Sergio Massa vino a los pocos días y dejó en claro que no es “su” único candidato, al tiempo que, precisamente, pidió más postulantes para su Frente Renovador. ¿Alguien se le animará?.Hay uno en ese espacio que está amagando, pero primero deberá definirse si aspira al sillón de Bordeu, o al de Brandauer…

Sin un apoyo unánime entre sus propias filas radicales (donde el líder partidario en las sombras, Tunessi, lo sigue mirando de costado), Cabirónvuelve al ruedo para dar pelea en la interna en la que competirán, por ahora, porque puede sumarse alguno más, la UCR, la Coalición Cívica y el Pro. Después de una “boutade” pareciendo coquetear con el recién lanzado Massa en la rural de Bordeu de 2013, el ex intendente deberá –aparentemente- medir fuerzas con la nueva figurita mediática elegida por Mauricio Macri para representarlo en Bahía. Después de no hacer pie en sus intentos anteriores con Hernán Montenegro y con Leandro Ginóbili.Ahora el Pro eligió al periodista Héctor Gay llevado a la política por la senadora Nidia Moirano verdadera hacedora de aquél éxito de FDN, que ahora, contrariando la lógica cromática (y la lógica política de algunos de sus ex colegas del denarvaísmo) pasó muy orondo del rojo furioso al amarillo, sin escala en el naranja. Aun antes de cumplir un año como diputado provincial en Unión Celeste y Blanco, Gay ya se había cambiado de color y de bloque. Ahora encabeza Juntos por Buenos Aires (Buenos Aires, ¿por la provincia o por la C.A.B.A.) junto a otro diputado capaz y reincidente ya entrenado, como Santiago Nardelli. Pero Gay experimentó otro viraje aún más audaz: pasó de no considerarse capacitado para ser intendente, como lo declaró en julio del año pasado (¡sí de 2014, hace menos de un año!) a un programa de Radio 10, a presentarse como la cara del cambio para Bahía Blanca, basado en que mide bien y sale bien en los medios. (Una ciudad que tendrá un presupuesto de alrededor de 2.000 millones de pesos, y cuya complejidad contemporánea exige una especie de CEO formado en política, administración y desarrollo, condición que es extensible a TODOS los candidatos. Más un gabinete que recupere al partido, desproveyéndose de la política a la carta para ahora, y proyectando al menos 10 años hacia adelante). Enfrente, habrá un tercer garrochista: Martín Salaberry, que viene haciendo méritos a la hora de dar saltos de un espacio a otro. También aspira a la intendencia, aunque algunos lo llamen candidato tabique, porque solo está puesto para dividir (y que otros disfruten de tal división).

Dos datos de la política nacional (el paso dado por la Convención de la UCR por un lado, y la decisión de Margarita Stolbizer de ir como precandidata a presidente)terminaron por alejar casi definitivamente las posibilidades de que el GEN –FAP se sume a la competencia con ese trío de radicales, lilitos y macristas en la ciudad. Con Virginia Linares con un pie en el estribo de sus aspiraciones de intendencia, en ese espacio no pierden las esperanzas aún de cerrar un acuerdo con Integración Ciudadana, donde por estas horas, la canción más sintonizada es Toco Madera, la de Serrat. Y a su líder, Raúl Woscoff, no deja de sonarle como una letanía en su cabeza esa estrofa en la que el Nano impera “Ni se te ocurra vestirte de amarillo”… Por las dudas, si se le llegara a ocurrir ese cambio de vestimenta, algunos, sin nadie que los ayude, ya tienen preparadas las valijas para irse por la puerta izquierda, la misma usada por el Negro Lualdi y los suyos.

¿Y en el kirchnerismoqué? Todos hablan de una futura interna entre dos personajes que hoy transitan por caminos bien opuestos. Mientras uno, como Drooppy, factura por todos lados subido a patrulleros, sentado en juicios con jurados y acompañado por técnicos de ABSA, corredores de autos, futbolistas amateurs y bataclanasvenidas a menos, al otro se lo ve poco y nada. Más nada que poco. Atentoa lo que haga su principal fogonero y maquinista Florencio y refugiado en la Cámara de Diputados, Marcelo Feliú hace un cultivo cada vez más intensivo de su perfil bajo, para no dar pistas sobre si irá o no por segunda vez por la intendencia. Es tan distinguido ser diputado o senador nacional. Contrapone su actitud extremadamente reservada con la del activo candidato que el sciolismoparece haber elegido para representarlo, Iván Budassi que, como le pasa al técnico de su amado Independiente, aunque gana bien lejos de su tierra, no termina por hacer pie en su propio pago. Y, paradójico en él, teme que si se presenta, le pasen factura. Y doble, por Plaza y por Covelia.

Hasta aquí, siete hombres en pugna. Aunque hay quienes arriesgan el nombre de un tercer candidato para luchar dentro del espacio kirchnerista. Y recordando aquella versión bahiense de Los Orozco que sonó durante su breve intendencia, avisan que “Son ocho los monos” y se entusiasman con el estribillo: “Yo pongo los votos solo por Rodolfo”. Pero hoy en día, en la búsqueda de los apoyos externos imprescindibles para su eventual candidatura local, al tal Rodolfo se lo ve, parafraseando la misma canción, “Solo, como Don Bosco con poncho”. Stop.

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“Espejito, espejito: ¿quién es el mejor candidato?” pregunta repetidamente el padrastro, pectorales al viento, sobre sus aspiraciones de quedarse definitivamente con Bahía BlancaNieves. Y como los espejitos que dicen la verdad en el pueblo son cada vez menos, porque el malvado padrastro se encarga de mandar a romperlos, la respuesta invariablemente es la misma: “Tú, mi amo”. Así, el hombre que aspira a Señor se cree aun con chances de cortejar a la bella mujer, sin percatarse de que quizá la mala suerte en su relación con los votantes del pueblo, provenga, precisamente, de esa manía de andar destruyendo espejos.

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