BAHIENSES: ¡MUCHO OJO CON ESTOS TIPOS!

EDITORIAL 136. –

BAHIENSES: ¡MUCHO OJO CON ESTOS TIPOS!

ESCRIBE “EQUIPO DE ÁTICO”

Y uno se cree que ya vio todo y que nada puede sorprenderlo, ni darle más vergüenza ajena, ni apenarlo más por lo que le hacen a una ciudad que tiene todo para ser mejor y es cada día un poquito peor y sin embargo estos tipos lo consiguen…

n_20141010Por “estos tipos”, por si hace falta, debe entenderse a la espantosa caterva que, con Dámaso Larraburu a la cabeza, ha tomado a la municipalidad como un botín para hacer negocios y acumular poder sin importarle nada.

Nada es ni siquiera su propia vergüenza o el creciente desprecio que cosechan, día a día, de parte de decenas de miles de bahienses hastiados por sus papelones.
Integran este vergonzoso “corso a contramano”, en diversos roles, todos patéticos y como diría Serrat, “comparsas de este culebrón”, Gustavo Bevilacqua, Cristian Breitenstein, Rubén Valerio, Martín Laplace y ese oscuro personaje llamado Rubén Lascano, merecedor de un título de máster en “prosperidad personal” y “rendimiento salarial”, entre otros.
Al pobre Ramiro Villalba le queda el extraño papel de rebelde tardío y desubicado, fuera de tiempo, que actuó y se movió en diez días hábiles como alguien ejecutivo y despidió a los responsables como él mismo lo afirma, del fallecimiento de Daiana, quizá desesperado por una pequeña cuota de redención personal, algo siempre valorable viniendo de donde venga, pero también hay que decirlo, a esta altura de las cosas, quedando aislado preso de una interna de la interna.
¿Pudo ser peor? Está visto que sí. Qué siempre, viniendo de quienes viene, puede ser un poco peor.
Si al regreso de su gira europea Bevilacqua, foto con el Papa incluida “fariseamente” sobreactuada y difundida por la maquinaria de prensa pautada con dineros públicos, no hubiera reincorporado a los tres funcionarios echados por su transitorio reemplazante (o a dos o a uno), a esta hora estaríamos tratando de explicar que, según quedó claro una vez más, son todos parte de la misma malsana forma de actuar.
Y sin embargo, lo realmente curioso, es que tampoco se puede estar muy seguro de que no lo sean.
Es que, si se lo mira bien, nadie salió bien parado de este berenjenal…
Bevilacqua no tuvo más remedio que, como siempre, hacerle caso a su jefe y reponer a un trío cesanteado que si las cosas tuvieran un mínimo de normalidad, debería hacer tiempo que deberían haber sido eyectados de cualquier administración con pretensiones de decencia o una elemental cuota de pudor.
De esta manera confesó y confirmó una vez eso tan inconfesable que todos saben de memoria: que hay poderosísimas razones que llevan a mantenerlos en sus cargos contra el viento y la marea del más básico sentido común.
Si tenía una mínima oportunidad de aprovechar la volada para hacer lo correcto, la dejó pasar…
Pero claro, si hacía uso de ella, corría riesgo de quedar fuera del juego ahora massista de su jefe de filas.
Sin embargo, esto que, de por sí, es muy malo, increíblemente no es la peor parte, que, a todas luces, se la llevó el sector identificado con Cristian Breitenstein.
Habían arrancado como para comerse a los chicos crudos y el sueño eterno de su pequeña revolución les duró menos de 24 horas…
Es decir lo que tardaron en recular en modo vergonzoso y humillante sin saber qué hacer ante la audaz irresponsabilidad (¿o hay que decir audacia?) de uno de los suyos.
Uno de los suyos que, ante la sola insinuación “vía twitter” de alguno de los serviles cadetes de 11 de Abril 77 de salir a responder la “afrenta” con un bombardeo desde las alturas de cierto edificio ubicado en coqueta esquina de la Capital Federal teledirigido al jefe de la banda, dejó de serlo en cuestión de minutos, expulsado “sin honores” como prenda de “alto el fuego”
Eso sí, no sin antes, mostrarse dispuestos a inclinarse para besar la mano de un “Padrino” que salió a refregarles la humillación de haberles hecho pedir clemencia y poner en evidencia una vez más su completa sumisión.
Ante este panorama escabroso y desalentador, desde este diciembre de 2014, diciembre de 2015, o antes las PASO son al mismo tiempo una malas buenas noticias.
Lo triste es que queda todavía un año para padecerlos, para que, en sus manos, el municipio de una ciudad que pide a gritos otra cosa, nos duela un poco más cada día. Que no haya planes propios de desarrollo y que la oposición sea condescendiente y chata.
Lo esperanzador, y sólo porque de algo hay que agarrarse, es que está cada vez más claro que esta época de tinieblas se dirige hacia un fin.
Y que si aún queda alguien que pueda esperar algo de ellos, con episodios como estos, no tiene más remedio que ir asumiendo su error.
Por eso, tal vez convenga tener presente que en estos doce meses ya no quedará más terreno para que crezca la indignación ¿Puede haber más descrédito?
Ojalá puedan ser invertidos para elaborar una alternativa seria, sólida y contundente que permita ilusionarse con que ese cielo, que volverá a verse cuando estas gruesas nubes de corrupción e ineficiencia se disipen a fuerza de votos, no sea la calma que anteceda a otra tempestad.
Sería ingenuo ilusionarse con que a este largo invierno le sobrevendrá otra cosa que no sea un indispensable período de reconstrucción, tras una “no-gestión” que se ha empeñado en no dejar piedra sobre piedra y se empecina en mostrar como “enormes logros” las cenizas de los incendios que ella misma fue provocando y que es incapaz siquiera de disimular su turbiedad, aún hasta cuando insiste en la jactancia de una supuesta transparencia que nadie puede creer.
Porque si entretenidos con llenarse los bolsillos, peleándose entre ellos hasta límites caníbales con tal de usufructuar en provecho propio un poder usurpado y falseado de cualquier legitimidad, estos tipos son insufribles, fuera de él, sin otra cosa en que pensar que en cómo volver a alimentar su codicia, es muy lógico suponer que se tornarán tremendamente peligrosos.
Por eso, si es que todavía a esta altura hace falta, con todo lo que se ha visto en estos últimos tiempos, nunca está de más advertir: “Bahienses: ¡Mucho ojo con estos tipos!”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*