A Bevilacqua, de pronto, le picó el bichito de la militancia

31agosto

 Editorial 133 –

Al intendente no electo de Bahía Blanca, cada vez más se le ven los hilos y su careta, de tan caída que la tiene, se la patea a cada rato. A lo largo de sus primeros dos años de interinato, en más de una ocasión, respondió que lo suyo era la gestión, que no le interesaba la 10deagostopolítica y de esa manera buscaba justificar sus ausencias en reuniones varias con el gobernador o actos de campaña del Frente Para la Victoria, al que decía adherir. “Prefiero quedarme a trabajar, antes que ir a aplaudir” respondió una vez que Daniel Scioli reunió a intendentes en Coronel Suárez y él, partió con otro rumbo. Son innumerables las ocasiones en las que en forma paralela a alguna visita de alguien de peso desde La Plata a la ciudad, él se mostraba (no quiere decir que siempre estuviera en donde lo exhibían) lejos, bien lejos de aquí. Ahora, bastó que el 23 de agosto blanqueara su pase al Frente Renovador (concretado en los hechos, ya desde hacía varios meses) para que como Drooppy, comenzara a aparecer por todos lados. Y así, se lo vio con el ex intendente de Almirante Brown, el diputado nacional Darío Giustozzi (sí, el mismo que aparecía en las publicidades del Mundial de fútbol, en los partidos de Argentina, con carísimos avisos pagados por su ¿ex? intendencia) durante una visita que nadie supo explicar bien a qué se debía, cuando falta más de un año para las elecciones. En estos días, Bevilacqua, se prendió en cuanta reunión partidaria organizara Massa en Tigre o los vecinalismos pro massistas en la región. Hasta se mostró con los que pretenden levantar el muerto de la reforma del autódromo, dos años después de que las obras se paralizaran, por el cierre de la canilla desde la provincia.. Sí, el mismo intendente interino que a poco de asumir, hizo todo lo posible por “diferenciarse” de su antecesor Cristian Breitenstein y decía que el arreglo de la pista del predio de Empleados de Comercio no estaba entre sus prioridades, ahora dice que la municipalidad le tenderá una mano a los que buscan reflotarla. ¿Seguirá la ciudadanía tolerando tanto manoseo en sus propias narices?

La CGT bahiense, ¿se prepara para el fin de ciclo kirchnerista?

“En seis meses, estamos todos juntos”. La frase, del célebre colectivero, eterno capo de la UTA y ahora concejal, Ricardo Pera, sonó el año pasado, al poco tiempo de concretarse el lanzamiento del Frente Renovador. Auguraba que, más allá de las aparentes divisiones, en el fondo, los peronistas, como dice la marchita “todos unidos triunfaremos”. Y más allá de que en cuanto a la competencia electoral sigue mandando el “divide y reinarás” (que consiste en jugar a que somos distintos, para que la gente nos vote creyendo que está votando algo diferente, pero en el fondo somos lo mismo) en el campo sindical, los compañeros de ruta de Pera, siguen a pie juntillas aquella lección. Es que donde no hay necesidad de engañar a ningún votante, porque la democracia sindical es puro cuento y las urnas “están bien guardadas”, las cosas son más directas y no hay que estar dando tantas vueltas. Por eso, en la nueva conducción de la CGT de Bahía Blanca, conviven desde ultrakirchneristas, como el ex delegado del ministerio de Trabajo Carlos Arrigoni, a massistas militantes, como el lucifuercista Roberto Ercoli (que entró al municipio de la mano de Breiteinstein y hoy es uno de los secretarios de Bevilacqua) ó el gremialista del gas privado y concejal Fabio Pierdominici, presidente del bloque del Frente Renovador. También hay un director del consorcio de gestión del puerto (reducto breiteinsteinista si los hay) como el portuario Marcelo Osores, un trabajador sanitario de SOSBA (el gremio que maneja la provincial ABSA) como Ricardo Amado y no podía faltar un representante de la UTA, como Roberto Ponce, para garantizar que el teorema de Pera se cumpliera. Los únicos de los gremios grandes que, aparentemente quedaron fuera, son los dos que más ruido y color meten (o metían) en los actos del Frente Para la Victoria; la UOCRA (que tenía a Humberto Monteros en el máximo cargo hasta este recambio) y el SMATA (aunque en este caso logró entronizar a Carlos Moreno Salas, en la delegación del ministerio de Trabajo, en el puesto que tenía Arrigoni). Por la mezcla de orígenes y el momento elegido para el cambio de timón, cuando ya comienza a hablarse del fin del ciclo kirchnerista, la movida sindical tiene todos los condimentos de una maniobra larraburista, con un pie en cada plato.

El festejo del Día del Niño más largo del mundo

10 de agosto: el concejal Matías Italiano, del Frente Para la Victoria, retuitea una foto de su esposa, Lucía Martínez Zara, subsecretaria de Niñez y Adolescencia del municipio, también del Frente Para la Victoria, junto al secretario general del sindicato de los trabajadores municipales, Miguel Agüero, futuro miembro de la CGT bahiense, durante la celebración del Día del Niño.
23 de agosto: junto a Sergio Massa, el intendente Gustavo Bevilacqua anuncia su pase al Frente Renovador, en una conferencia de prensa, en las oficinas de Miguel Aolita, secretario general de Empleados de Comercio y también futuro miembro de la CGT bahiense.
31 de agosto: el concejal Matías Italiano, ahora del Frente Renovador, retuitea una foto en la que se lo ve junto a su esposa y al secretario de Desarrollo Social del municipio, ahora del Frente Renovador, Roberto Ercoli, otro futuro integrante de la CGT bahiense, en la celebración del Día del Niño.
Conclusión: los festejos por el Día del Niño comenzaron con un gobierno nacional y popular y culminaron (¿culminaron?) con un gobierno massista. Los únicos que no cambiaron los colores, son los payasos…

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