UNA CONSAGRACIÓN DE LO REPUGNANTE

EDITORIAL 132-

UNA CONSAGRACIÓN DE LO REPUGNANTE

nota-939667-lemos-salaberry-contra-breitenstein-pida-nueva-licencia-130824100216Por más que se veía venir no dejó de resultar repugnante. Una auténtica consagración de todo lo repugnante que suelen resultar las peores prácticas de la política. Una confluencia de aquello que aleja a la ciudadanía de una actividad que sólo cada vez más en la teoría, y muy especialmente en Bahía Blanca, suele nutrirse de valores y virtudes.
¿Se puede decir “pase” a este nueva corroboración de que todo lo mal que se pueda pensar de un intendente que se cae a pedazos, se viene quedando corto en los últimos meses?
No hay reacción esperable, no hay corrección de rumbo. Si es que hay rumbo. Ciertamente no parece que lo haya.
Todo es una decadencia moral que pareciera no tener ni otro fondo ni otro límite que las elecciones del año próximo. Algo es algo.
DSC_4185Eso sí: lo doloroso será uno de los “mientras tanto” más oscuros que se puedan imaginar para una ciudad a la deriva.
Largos 15 meses que tal vez no puedan invertirse en otra cosa mejor que asegurarse muy bien de desenmascarar lo más alevosamente que resulte posible a los responsables de esta devastación, con nombre y apellido, porque los tienen. Para procurar que no vuelva a haber errores.
Si alguien tenía alguna duda, no será el de Gustavo Bevilacqua el primero de la lista. larraburu-rie-715x475Ni siquiera ese mérito le cabe a un tipejo cuya personalidad se ha achicado geométricamente por donde se la mire. data:text/mce-internal, Como a quien espera soltar un llanto, con la boca apagada de tanto rezar, ya ni la voz se le percibe en las escasas veces en las que habla y emite frases inconexas, vacías, insalvables… tal vez provenientes de un estado de susto supremo y constante al que invariablemente se ve sometido quien no sabe que mandado inconfesable le tocará cumplir cada vez que se levanta.
Si no fuera tan culpable de su propio destino hasta podría inspirar lástima, ver a un ser humano derretirse de semejante manera, hasta tornarse en una masa gelatinosa que no se camina sino se arrastra.

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