EDITORIAL 130.-
Escribe Equipo de ÁTICO
El asunto apesta por donde se lo intente abordar. La difusión del contenido de una conversación entre el concejal del Frente Renovador, Fabio Pierdominici y los padres de Daiana Herlein, la adolescente fallecida en el Parque de Mayo como consecuencia de la caída de un árbol que debía haber sido sacado por el Municipio, pone en evidencia aristas tan múltiples como filosas, capaces de dejar en evidencia en qué manos está Bahía Blanca, y lo que es peor, qué escasas son las esperanzas de que la situación pueda cambiar.
Sirve comenzar esta reflexión exculpando por completo a Lorena y Alejandro por haber dado a conocer los detalles de la charla.
Quienes ponen la mira en dilucidar en sí está bien o mal revelar los detalles de una reunión, en principio, privada, hacen recordar a aquellos fariseos que se rasgaban las vestiduras en los templos para mostrarse ante el prójimo como temerosos de Dios, pero en realidad muy lejos estaban de ser hombres justos.
Si lo hacen sin saber, sería conveniente que se enterasen de algunas cosas antes de juzgar.
Y si lo hacen sabiendo, son tremendas escorias que no hacen más que seguirle el juego a tipos nefastos, que ni siquiera aflojan ante el más supremo de los dolores que puede sufrir un ser humano.
Cómplices de la más brutal y cruel maniobra de la que se tenga cuenta en la historia política bahiense…
Porque una cosa es un escándalo impresentable, como pasó con el Coprotur, todavía impune en la justicia, pero sentenciado en forma inapelable por gran parte de la sociedad.
Y una muy distinta, a todas luces muchísimo peor, es someter a una familia destrozada, a semejante castigo, solo porque su legítima sed de justicia, no resulta “conveniente” para quienes se sirven del poder en esta ciudad.
Los dichos de Pierdominici confirman presunciones, consolidan sospechas y, fundamentalmente, indignan y aterran.
Dejan en espantosa desnudez una verdad que se presume, pero que todavía se mantenía oculta en medio de la apatía y el desinterés generalizados.
¿Hasta dónde serán capaces de llegar con tal de no ceder el mango de una sartén que ni siquiera ganaron en buena ley?
Indignan porque nada bueno cabe esperarse de quienes no se sensibilizan, mucho menos se responsabilizan ni se ponen en su lugar ni siquiera ante el más supremo de los dolores que le puede caber a un semejante.
Aterran porque hasta aquí se creía que había ciertas rayas que no se pasaban.
Si se oculta, se distrae, se ensucia y se tergiversa una muerte absurda y a todas luces evitable ¿qué podría ser lo próximo?
¿Es muy extremo suponer que quienes hoy encubren vaya a saber en nombre de qué prioridades podrían ser perfectamente capaces de ir un paso más allá con tal de sacar del medio a cualquiera que se torne inconveniente para su infinita voracidad de dinero y poder?
Determinadas psicopatías, en especial aquellas que se traducen en perversidad de parte de quienes las padecen, no sólo no se curan, sino que se agravan y se profundizan con los años, tornándose cada vez más peligrosas para sus semejantes.
Y esto no es una opinión, es un dato científico.
Confirmaciones, por sí hacían falta…
Át fue el primer medio en dar a conocer el audio de la grabación en su sitio web. Después vinieron otros. Alcanza con escucharlo para arribar a conclusiones contundentes.
La primera es que, efectivamente, el intendente Gustavo Bevilacqua no es hoy más que una figura decorativa que cumple órdenes de Dámaso Larraburu y no es capaz de dar un solo paso con autonomía.
Para algunos, entre quienes nos incluimos, no hacía falta escucharlo de boca de Fabio Pierdominici para tener plena certeza de que así era, pero puede ser que sus dichos aporten para abrir algunos ojos más.
La segunda es que está absolutamente corroborado que desde el municipio se montó una maniobra brutal y alevosa para desacreditar a los padres de Daiana ante la sociedad bahiense.
Para ello se recurrió al triste método de disciplinar e influir en medios de comunicación a fuerza de pauta publicitaria.
Invariablemente, cuestionamientos del tipo “¿Qué hacía una chica de 15 años sola a las tres de la mañana en el Parque de Mayo?” o “¿Qué clase de padres son los que descuidan así a una menor?” o “Está claro que todo esto busca sacar un rédito político” se repiten en redes sociales, la mayoría de las veces propagados desde perfiles falsos y en pocas ocasiones por personas reales, influenciadas por la reiteración ponzoñosa de los primeros.
Esto equivale a que, lejos de cualquier señal de saludable arrepentimiento, remordimiento o cargo de conciencia, para abordar una cuestión dolorosa y profundamente humana como esta, se eligió el marketing, la manipulación, la tergiversación o, incluso, la mentira, lisa y llana.
Cualquier cosa con tal de no admitir culpas que puedan poner en riesgo un sistema corrompido al punto de poner en riesgo vidas con tal de no atentar contra determinados negocios.
Cuando Pierdominici habla sin tapujos de “la estrategia de ellos” en realidad está diciendo que la ciudad está en manos de una banda que ante la “inoportuna” muerte acaecida por la negligencia de algunos de sus integrantes, no hay frenos ni luces de alerta ni límites, mucho menos autocrítica o asunción de culpas.
Tan sólo una repugnante actitud de “ver cómo hacemos” para que esto no nos complique la “gestión”.
Los pasos que dio el municipio desde aquella reunión entre el edil del Frente Renovador y los padres de Daiana, dieron completa verosimilitud a lo que entonces se habló: Marcelo Caramelli y Marcelo Lenzi fueron “entregados” para tratar de calmar las aguas y como el objetivo no se consiguió, se pasó a un truculento “Plan B”: hacer como si el tema estuviese cerrado. No hablar, no contestar, no recordar…
Claro que donde dice “municipio”, alguno puede leer el intendente, pero en realidad debería decir Dámaso Larraburu, quien ha dejado las huellas puestas en más de una acción y las sigue dejando, incluyendo la “contradenuncia” de Marcelo Caramelli contra dos empleados municipales. A propósito ¿Y el sindicato municipal, siempre tan “presto” a defender a sus afiliados, siempre y cuando no atente contra los intereses del oficialismo de turno?
La orden proveniente desde la primera cuadra de calle 11 de Abril pareciera decir “ponerse anteojeras para no mirar a los costados (pero eso sí, inundar de custodia policial cualquier manifestación convocada por los padres de Daiana) y seguir”.
Aunque, claro, la verdad, como el agua, se las arregla para aflorar siempre.
Y en este caso, llegó de la mano de la “molesta” decisión de ventilar una conversación privada.
El tema es que tampoco pueden agitar mucho el argumento ético de difundir una grabación obtenida cuando uno de los participantes no sabía que sus dichos podían estar siendo registrados.
No sea cosa que alguien recuerde que todo este oscuro proceso de intendencia “larraburista” se originó allá por 2006, precisamente, distribuyendo escuchas telefónicas ilegales, en medios amigos y dispuestos a dar una mano para generar el malhumor social necesario para destituir a un intendente.
Un gremialista en su laberinto
Si no se tratara de una situación en la que hay en el medio nada menos que una joven muerta que podría estar viva de no haber mediado la inoperancia y la corrupción de un gobierno, cualquiera podría decir que la pretendida “gestión de buena voluntad” de Fabio Pierdominici para con los padres de Daiana, se asemeja demasiado a la función de un falso influyente o vendedor de humo, tratando de mandarse la parte y de jactarse de un poder que no tiene.
De una patética puesta en evidencia de alguien desesperado por jugar en ligas que le quedan enormes y que para ello, no vacila ni por un segundo sentir aunque sea un poco de pudor ante lo desdibujada que podría quedar su figura, no solo ante el estrepitoso fracaso de sus gestiones, sino ante el abismal desierto de nada que separa sus dichos de sus hechos.
Que el intento no le salió bien al concejal, está clarísimo y hasta podría aceptarse.
Tanto como que fue usado por Bevilacqua y por Larraburu para jugarse una ficha “a ver si les salía bien” y después fue dejado solo, en medio de la intemperie en la que, también solo, se metió.
Lo que resulta mucho más vergonzoso es la liviandad con la que el concejal se manifiesta como supuestamente enfrentado y marca sus diferencias con el principal referente del “massismo” a nivel local, a quien hasta tilda de “inmoral e inescrupuloso” y hasta se jacta de haber elegido “hacérsela difícil desde adentro”…
¿Es “hacérsela difícil” no haber votado jamás desde su banca ni nada ni algo en contra de los mandados dictados desde Alsina 65, en especial en aquellos asuntos referidos al esclarecimiento de las responsabilidades políticas por la muerte de Daiana?
Curiosa manera de “oponerse” al enemigo la de este gremialista, devenido en concejal en 2011, gracias al acuerdo entre Francisco de Nárvaez y Ricardo Alfonsín, quien luego, según sus propias palabras “saltó al massismo” y se encontró allí con Larraburu, a quien dice aborrecer, pero a quien, está visto, demuestra obedecer ciega y servilmente.
Pierdominici asegura que “nunca usaría las mismas armas que Larraburu”, pero aconsejó a los padres de Daiana, ir primero por Lenzi y Caramelli y después por Valerio, pero “destapando la olla” por otro tema, como ser las irregularidades en las licitaciones de obras en el aeropuerto.
Si esta es la “renovación” de la política ¿qué queda para los partidarios de que nada cambie?
Para Pierdominici, “Italiano es un… que no entiende nada, capaz de presentar un proyecto de protección a los adultos mayores, el mismo día de la agresión de Pera a la abuela de Daiana”.
A Pierdominici le dicen en la cara pestes de sus compañeros de bancada Vanina González y Lisandro Ganuza y no emite la menor palabra en su defensa.
Según él repite una y otra vez, Valerio es quien debería cargar con la principal responsabilidad por la muerte de la menor, pero “no lo van a entregar porque es el que lleva la valija con la guita”.
Además, asegura que se desde la municipalidad se está moviendo “mucha guita” en medios, que hay “mercenarios” y que el repentino endurecimiento de ciertas normas de tránsito, hasta límites absurdos, en realidad es una maniobra para desviar el eje de atención y que la gente putee por otra cosa y no por toda la mugre que deja al descubierto la muerte de Daiana.
Ni hablar de sus consideraciones sobre personajes como Martín Laplace y Fabián Lliteras y otros que “le dicen al intendente que todo está bien”.
Esto por citar sólo algunos de sus dichos textuales en la grabación aportada a la Comisión Especial conformada en el Concejo Deliberante para reunir, analizar y sacar conclusiones sobre lo actuado en relación a este doloroso caso.
¿Alcanzarán estas “pequeñeces” surgidas de su boca para indicarle el sentido lógico de su voto en caso de que se ponga a consideración de los ediles la creación de una Comisión Investigadora o imperará una vez más y donde no la hay, una muy mal entendida, “Obediencia Debida”?
¿O hay que decir “obediencia DE VIDA”, que es lo que parecen profesar todos los que sirven al larraburismo?
¿O según él no es “algo para investigar” que un municipio resuelva de un día para otro “cagarle la vida” a todos los que bajan desde La Carrindanga al centro con una velocidad máxima impracticable, sólo para desviar la atención por la muerte de una joven en el principal paseo público de la ciudad?
¿Y las “valijas” de Valerio? ¿Y la “guita” de todos puesta en medios para silenciar o para no batir tanto el parche y, si se puede, desprestigiar a los padres de Daiana ante la opinión pública?
En fin, imaginemos por un instante que efectivamente, una vez emitidas las conclusiones de esta comisión “ad hoc”, dentro de unos días en el Concejo Deliberante, se llega a votar si se conforma o no una Comisión Investigadora”…
¿Alguien apuesta sobre qué haría Fabio Pierdominici en un caso así, en especial si su voto cuenta, para definir por sí o por no?
Sin contar con la posibilidad de renunciar por un elemental sentido de la vergüenza, algo que en estos tiempos parece haber caído en completo de desuso en todos los niveles de la política, podría decirse que Fabio Pierdominici tiene una oportunidad más de hacer lo correcto. Y es cierto…
Tan cierto como que hasta aquí, invariablemente, a la hora de levantar la mano, siempre ha formado parte del “mismo equipo” con unos cuantos de aquellos que tilda de inmorales, inescrupulosos, soberbios, incapaces o incluso, corruptos.
Y encima, todos, él y ellos, siempre prestos a los mandatos de Dámaso Larraburu, se presentan como supuestos “renovadores” de la política.