Degradación institucional y facturas truchas. Con perdón de la matemática, aquí, las paralelas se tocan

Editorial 125 –

a5f2022fe464a3e6fd491e69ec2f890eEl discurso de apertura de sesiones del período 2014 en el Concejo Deliberante que dio el intendente no electo de Bahía Blanca estuvo acorde con la degradación institucional que cruza a la ciudad desde octubre de 2011. Sin anuncios de peso (salvo que se considere a la incorporación de 13 nuevos micros para la 502 dentro de esa categoría), con escasas referencias concretas al rumbo que el navegante del barco avizora para el resto de la tripulación (¿no sabrá hacia dónde vamos? O por el contrario ¿lo sabe muy bien y no quiere decirlo?) y ninguna mención a la tragedia del interior del parque de Mayo que está poniendo blanco sobre negro la inoperancia y desidia de funcionarios municipales de peso dentro del gobierno municipal, los poco más de treinta minutos de alocución de Gustavo Bevilacquade comienzos de esta semana transcurrieron entre el tedio, la hipocresía y el autismo consciente. Escuchar de boca de alguien que pertenece formalmente a un partido casi en el ocaso (Frente Para la Victoria), pero que ya dio sobradas muestras de haberse mudado a otro flamante (Frente Renovador), pedir que “se dejen de lado las banderías políticas”, sino suena a burla, se puede leer casi como una confesión que nos releva de más pruebas sobre el caminito que el electo concejal devenido en jefe comunal trasunta, “sencillo y solito”, como El Burrito de Divididos, tras los pasos de su amigo, referente y mentor Dámaso Larraburu, “el amo bueno que te libertad”, Mollo dixit.

¿Qué debería pensarse de alguien que, en plena campaña electoral, puso su mejor cara de mendigo para bromear con que iba a pasar la gorra porque no tenía fondos para hacer actividades proselitistas y ahora, en un año que él mismo se encargó de resaltar en el Concejo no es electoral, gasta quién sabe cuánto en un spot institucional (el de los Héroes), totalmente anacrónico y sin sentido? ¿Cuál es el verdadero Bevilacqua? ¿El que en público ríe casi en todo momento, aún en los inoportunos cuando aquella vez que entró a plena carcajada a la casa de una mujer que había sido víctima feroz de un caso de violencia de género en 2012 cuando necesitaba que lo conocieron y no lo señalaran más como “ese que parece Montaner”? ¿El que se hace el amable y componedor y menciona a concejales (Aloma) o ex intendentes (Jaime) por su nombre de pila desde el púlpito del HCD? ¿El que se autodefine como un humilde trabajador, servicial funcionario a las órdenes de los cumplidores contribuyentes bahienses, alejado de cualquier componenda política? ¿O el que apaña a laderos maleducados como el ex miembro de su gabinete (eyectado tras el affaire Carne para Todos) y ahora concejal Rafael Morini que se la pasa denostando y agraviando a colegas por las redes sociales, mientras se asegura cómodos sitios para sus allegados (¿cargo para su novia en el Concejo o casa para su suegra en Villa Delfina, tal vez?)? ¿O el que avala públicamente a su secretario de Gobierno, cara visible del plan Bahía Conduce de seguridad vial, cuando dice que con pagar las 45 multas de un auto a su nombre (¿todas las faltas fueron cometidas por su padre?) y que reveló la prensa, alcanza para cumplir con la sociedad y limpiar su imagen, que debería estar asociada sin máculas al respeto a las normas de tránsito? ¿O finalmente el que avala con el silencio y la protección, las explicaciones públicas contradictorias y escasas que dieron los responsables de Espacios Públicos, Obras y Servicios Públicos y Agencia Urbana, sobre su falta de reacción ante las advertencias fundamentadas de especialistas de que cientos de árboles del Parque de Mayo estaban secos y sin vida y constituían infinidad de espadas de Damocles pendiendo sobre la inocencia de quienes visitan el paseo para correr, caminar, comerse un asado o hacer el amor?

¿Explicará algún día Bevilacqua qué hizo con la carta abierta donde se lo llama “compañero peronista” y se lo elogia por su “decidida intención de reformular el Parque de Mayo” y que la Agrupación Justicia Social entregó a su nombre en la mesa de entradas del municipio hace casi un año, el 22 de abril de 2013? En esa nota, los “compañeros” le advertían (el que avisa no traiciona) sobre 491 árboles sin vida dentro del paseo. Podrá decir que, al haber una muerte de por medio, cuantas menos palabras mejor. Pero no solo la justicia que interviene en el caso necesita de sus explicaciones. También la opinión pública. Sin embargo, pocas esperanzas quedan de oír alguna vez una explicación, de parte de alguien que lleva casi un año sin aclarar por qué su patrimonio pegó un salto considerable en los últimos años.

En esta edición de Át, encontrarán tanto una serie de notas documentadas sobre el doloroso caso del Parque de Mayo, como repercusiones del discurso del intendente no electo del martes pasado en el Concejo Deliberante. También, claro está, entre otros temas, las últimas novedades sobre el caso Suris, no ya sobre su vertiente de presunto narcotraficante, sino sobre su admitido rol central en la creación y comercialización de facturas truchas. No crea que esos temas marchan cada uno por su surco, desligados uno del otro. Si, al fin y al cabo, en octubre de 2011 nos hicieron pasar por buena una boleta donde se leía el nombre de Bevilacqua, Gustavo entre los candidatos a concejales y como todos ya sabemos a esta altura, era tan trucha como las facturas de Suris.

 

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