La Agencia de Recaudación del Provincia de Buenos Aires (ARBA) publicó hace unas horas en su página oficial el listado de los denominados “Contribuyentes deudores en emprendimientos urbanísticos denominados country, barrios cerrados, clubes de campo o similares”.
De la ciudad de Bahía Blanca figuran ocho nombres de personas o empresas, de los cuales, el tercero en importancia por el monto adeudado es Marcelo Nicolás Ciccola.
A no ser que se trate de un homónimo, de más o menos su misma edad y que también habite en un barrio privado, todo indica que se trataría del ex presidente del Concejo Deliberante, secretario de Acción Social y actual funcionario del Ministerio de la Producción a cargo de Cristian Breitenstein, dicho sea de paso, también su vecino en el exclusivo country denominado “Bosque Alto”.
Ciccola le adeuda a la provincia casi 8 mil pesos ($ 7.917,50) por la partida 007-166620-4.
Según se informó, el organismo decidió “escrachar” via internet a unos 11 mil deudores del impuesto inmobiliario que viven en countries y deben, en conjunto, una suma que asciende a 145 millones de pesos.
La lista, que puede consultarse en www.arba.gov.ar, contiene número de partida del inmueble, CUIT, monto de deuda y distrito de residencia de cada uno de los morosos publicados.
Estos contribuyentes habitan en 416 countries, clubes de campo o barrios cerrados de la Provincia y, en todos los casos, adeudan más de $4.500 de Inmobiliario y tienen impagas, por lo menos, las cuotas de un año entero.
Martín Di Bella, titular de Arba, explicó que “los contribuyentes publicados en el listado habían sido intimados varias veces para que regularicen su situación fiscal, pero desecharon las notificaciones y mantuvieron su condición de morosos”.
El economista afirmó que “se trata de personas con evidente capacidad económica”, y puntualizó que “al difundir sus nombres en internet buscamos que reaccionen, asuman su responsabilidad y paguen los impuestos que deben”. De todas formas, Di Bella aclaró que “es la última oportunidad que les damos, porque si no cumplen van a tener que hacerse cargo de su actitud ante la Justicia”.
Intimado varias veces y todo, Ciccola –quien seguramente saldrá a explicar esta patética situación y recurrirá a “tecnicismos legales” para fundamentar un papelón que no admite otra salida que la renuncia—fue uno de los funcionarios locales más visibles durante la reciente visita del gobernador Scioli a la ciudad, donde se lo vio muy cercano a su jefe Breitenstein y al diputado provincial Iván Budassi.
Cabe preguntarse, dado que la vocación de la provincia es recaudar lo que corresponde, si no se podría evaluar alguna forma de embargo a la remuneración que Ciccola debe recibir como funcionario bonaerense, ya que es a todas luces un contrasentido práctico, además de una flagrante, inmoralidad ser deudor y acreedor al mismo tiempo y de un mismo Estado y el más elemental sentido común indica que en este caso, además de pagar lo que se debe, corresponde renunciar.
Personajes nefastos, corruptos, que se sirven de su función, la cual les otorga un halo de impunidad, en un país serio, ya estaría separado de por vida de todo cargo público. Y es más, si al menos tuviese algo de dignidad, hubiese dado un paso al costado sin necesidad de que lo echen. Verdaderamente es una verguenza que este tipo, con esa sonrisa de muñeco de torta, se siga riendo del pueblo que le paga su sueldo.